Tiny Finger Point Hand With Heart Había una vez...

miércoles, 27 de febrero de 2013

Una Helada Tarde De Diciembre

- ¿Quieres chocolate caliente?
- ¿Tienes malvaviscos? O sino, para ir a comprar mientras lo preparas -Una sonrisa traviesa atravesó el rostro del pelinegro.
- Anda a comprar mejor, no estoy seguro de tener.
- Bueno, vuelvo en seguida. Te amo.
El chico de cabellos castaños y contextura delgada se dispuso a ir a la cocina mientras su novia iría a comprar. Ir al mini market de la esquina no tomaría mucho tiempo y quería tener todo listo para Brendon, el vocalista de su banda y el amor de su vida.
Sacó el chocolate de la alacena y lo puso a derretir mientras ponía su música favorita en un volumen no tan moderado pero tampoco muy fuerte para incomodar a sus vecinos. Desde la muerte de su padre, se había puesto más consciente con su entorno. Ya no maldecía tanto, ya no se comportaba como un inadaptado en este mundo, ya no se fastidiaba con las multitudes y, por supuesto, ya no subía el volumen de la música como para que el vecindario entero escuchara Lucy In The Sky With Diamons.
Mientras tanto, Brendon maldecía a diestras y siniestras por el frío que hacia fuera. Nevaba como nunca y corría un viento helado muy fuerte. Al llegar a la tienda, se soltó un poco la bufanda para que se entendiera lo que decía.
Al llegar a casa de Ryan, el olor a chocolate junto con el agradable calor proporcionado por la chimenea lo invadió.
- ¡Ryro! Llegue. Traje malvaviscos pequeños para echar artos en nuestras tazas.
- ¡Perfecto!
El delgado y alto joven castaño se lanzó a los brazos de Brendon y lo besó como si no hubiera un mañana. Su boca sabía a chocolate y eso le gustó mucho a su afortunado compañero. Pronto se sintió prisionero por el cuerpo de Ryan y la puerta de entrada. Sus manos no esperaron para aventurarse por el cuerpo de su novio, con suaves caricias.
- Como quisiera que momentos así fueran eternos -Dijo Brendon al separar sus labios de su amante.
- Pero primero necesitas entrar en calor. Y mejor ahora antes que se enfríe el chocolate.
Ryan posó un suave beso sobre los carnosos labios de Brendon y volvió a la cocina para salir casi inmediatamente con dos tazones rojos, uno en cada mano.
Y desperté en medio de un desesperado llanto y la lengua de Hobo tratando de secarme las lágrimas.
- ¡Ay Hobo! Otra vez ese sueño... ¡Lo extraño! Maldita sea, como lo extraño...
Mi voz se fue apagando para seguir con llanto. Parecía un bebe llorando pero no importaba. Y la verdad es que ya no importa nada si él no esta.

viernes, 24 de febrero de 2012

Segundo capítulo

- Ya, les traje a Patrick -Dijo Pete como para romper el incómodo silencio que se había dado en el estudio desde hace una hora, cuando el bajista se aburrió de llamar al rubio y fue a buscarlo.
- Hola chicos -Patrick sonaba muy triste. Su voz se había impregnado del ambiente incluso cuando bajó del auto de Pete.
- Patrick... Yo... -Joe no pudo seguir hablando, ya que rompió en llanto y fue a abrazar al cantante.
- Joe, sabes que te adoro y no te dejaré solo así que no te pongas así -Trataba de consolar a su amigo, quien estaba muy aferrado a su pecho y apenas lo dejaba respirar.
- Vamos Joe, no exageres. Que la banda se separe no significa que dejemos de ser amigos unos con otros -Andy al mencionar la separación de la banda, hizo que Joe llorara más fuerte, Patrick perdiera cierta estabilidad haciéndolo caer sobre una silla y que Joe cayera junto a él.
- Patrick, ¿por qué? -Joe realmente estaba destrozado y seguía abrazando fuertemente a su amigo.
- Joe, no creo que sea algo que dure una eternidad... ¿O sí? -Miró al resto y vio como sus otros compañeros de banda se encogían de hombros y bajaban la vista.

Le dolía que realmente Fall Out Boy fuera a terminar. Aquello que todos estos años lo habían hecho sentirse algo más normal se acabaría y él volvería a la oscuridad, donde por más que quisiera escapar de la realidad le era imposible. Sus ojos comenzaron a humedecerse y abrazó fuerte a Joe.

Un silencio mortal fue lo que se formó. Un silencio que no duró más que unos segundos, pero que parecieron siglos. El nudo en la garganta de todos se agravó aún más. Pete se aclaró la garganta y dijo.

- Lo más probable es que la banda vuelva a funcionar en un tiempo más. Hay que dejarlo como un receso indefinido, ¿les parece? -Comentario aliviador, pero no en su totalidad.

*****

Todo era tan confuso. Había sido un día asqueroso el de hoy. Realmente no podía más. Me fui a la ducha para tratar de despejar mi mente un poco y poder ir a dormir más tranquilo.

El recuerdo de mi tío, la separación de la banda, obligarme a alejarme de Pete por su bien... Ya llevaba varios minutos bajo el agua, tratando de lograr ahogarme, pero no, las malditas reacciones involuntarias que tiene el cuerpo me obligó a salir y, aparte de estar tosiendo, terminé llorando. Realmente nada me resulta bien.

Al acostarme, no pude dormir así que comencé a tratar de proyectar mi vida un poco para lograr aburrirme y así dormir. Eso no bastó, así que estuve tratando de encontrar algún tipo de suicidio que pudiese ser aplicable para mí. Tampoco funcionó, así que traté de imaginar mi vida si fuera pareja de Pete y no esa perra que lo único bueno que le ha dado ha sido un hijo (que por cierto también lo incluí en esa vida). Al final me puse a pensar en un par de canciones que fueron surgiendo solas y me quedé dormido.

Sonaba mi teléfono. No reaccionaba, pues aún estaba medio adormilado. Dejó de sonar cuando ya lo había tomado para contestar. Maldije por lo bajo, dejé el aparato en su lugar y me volví a acomodar en la cama para volver con Morfeo. Inútil, volvió a sonar, así que respondí un tanto enfadado.

- ¡¿Quién?!
- Dios, Patrick, ¿Es que acaso no te puedo llamar?
- ¿Pete? Lo siento. No vi que eras tú. Realmente lo siento.
- No te preocupes, puedo suponer que estabas durmiendo.
- Que bien me conoces, Peter Wentz -Me encantaba eso de Pete.
- Sabes que te conozco muy bien... Aunque no del todo -Dijo en un tono coqueto, cosa que también me encantaba.
- Ya Pete, ¿para qué me llamabas? Morfeo me llama a volver con él.
- Hay junta de Fall Out Boy.
- ¿Cómo es eso?
- Hay que ver cómo vamos a anunciarlo.
- Rayos, no pensé en eso...
- ¿Y cómo se van a enterar nuestros fans?
- Pete, entiendo lo que significa. ¿A qué hora nos juntamos?
- A las 3. Te quiero puntual.
- Tú sabes que soy puntual.
- Yo decía solamente -Escucho que ríe- Bueno Patty, nos vemos.
- Adiós Pete.

Colgué y vi la hora. 2,30. ¡Demonios!

lunes, 20 de febrero de 2012

Primer Capítulo

Pasear por las calles de Los Ángeles de noche era muy peligroso para el joven… No es que le fuera a pasar algo, sino que era él quien actuaría de manera maliciosa.

No quería ser así, nunca lo quiso en realidad, pero los sucesos ocurridos cuando aún era bebe y no tenía memoria fue lo que marcó su existencia para el resto de la eternidad. De su niñez, recuerdos vagos, como la vez que fue secuestrado por su tío durante un año, la vuelta a casa y no ver a su madre, el primer día de escuela, su tío besándolo antes de morir… Muchos recuerdos no tan agradables. Cuando esa cosa se apoderaba de él, esos recuerdos y más rondaban de forma estrepitosa hasta que comenzaba a comer.

De día se veía normal, aunque eso no significa que lo sea ya que un par de veces se descontroló, vivía una vida bastante privilegiada, por decir de alguna manera, ya que era el vocalista de una afamada banda de rock.

Sólo un par de amigos de él saben su verdad, pues se vieron cuasi víctimas de sus terribles actos. Entre esos estaba Pete, el bajista y líder de su banda.

Volviendo al presente, el chico se encontraba caminando tranquilamente por un parque que había a unas cuantas cuadras de su casa. No le gustaba recordar a su tío, pero esa tarde no se lo pudo sacar de la cabeza así que decidió dar un paseo para despejar su mente. Se sentó en una banca vacía que no estaba tan iluminada. Llamar la atención no era lo suyo, prefería ser el chico invisible que siempre ha sido pues es peligroso, piensa él, ser el florero de la mesa.

Algo lo hizo apretar fuertemente sus puños, ese olor otra vez. Se abrazó a sus rodillas y apretó fuertemente sus ojos y mandíbula. Era Pete, quien se sentó a su lado y le acarició la espalda. Se notaba triste.

- Patrick, te estuve llamando… Ocurrió algo y te necesitábamos en el estudio.
- Lo siento, dejé el celular en casa. Quería estar en paz.
- No te preocupes. Pero necesito que me acompañes ahora.
- ¿Ahora? –Su voz sonó precipitada.
- Sí, tiene que ver con el futuro de Fall Out Boy
- Llegó el día, ¿cierto? –Ahora estaba triste. Tantos años juntos, tantos buenos momentos.
- Sí.
- ¡Rayos!

sábado, 18 de febrero de 2012

Prólogo

Un impulso o algo extraño fue lo que sintió de repente. Nunca supo cómo llamar esa sensación que lo inundaba cada vez que su maldito cuerpo rogaba por ser nutrido de aquel bendito órgano. Odiaba esa sensación… Simplemente la odiaba, pues nunca logró suicidarse mediante la inanición porque aquello lo poseía y manejaba como quisiera lo obligaba a alimentarse.

Sin darse cuenta, ya había avanzado dos cuadras en un minuto… Sí, ese puto impulso que lo maneja es capaz de hacer cosas increíbles con su cuerpo. Ya iba en la cuarta cuadra cuando se metió sin pensarlo a un callejón que allí había. Se arrodilló y se puso en una posición parecida a la de un animal salvaje apunto de atacar a un pobre animalillo indefenso y amigable. Cerró los ojos, respiró hondo y sintió como su propio cuerpo avanzaba hacía fuera del callejón y se tiraba encima de alguien. Algo lo despertó, alguien abriendo sus ojos y diciendo “¡Patrick, detente! Soy yo.” Su corazón dio un vuelco que le dolió bastante. Pete lo miraba preocupado y no le quedó más que levantarse para que su amigo pudiese continuar con su rumbo antes de ser interrumpido.

viernes, 17 de febrero de 2012

Monster

Fanfic que escribí a finales del 2011 y en el verano del 2012. Aún no está terminado. Contiene escenas de sexo explícito, por lo que se recomienda para un público mayor a 18 años.
Personajes principales:
· Patrick Stump (Fall Out Boy)
· Ryan Ross (Panic! At The Disco)
· Pete Wentz (Fall Out Boy)

martes, 7 de febrero de 2012

Capítulo 3


Había sido un día largo y al fin era hora de dormir.

- Amy, me preocupas... Desde que volvimos que andas como distraída, como si no fueras tú... ¡¿Qué le pasó a mi Amy?! -Hunter recalcaba la palabra "mi" sobre todo.
- No sé... Sólo recuerdos el pasado...
- Pues al parecer el pasado te está absorbiendo. Por favor vuelve, te extraño.
- Es que...
- Por favor.
- Prefiero vivir en el pasado, todo era más lindo.
- Ok... No quería entregarte esto ahora, hubiera preferido llegar a casa pero los hechos lo ameritan -Fue a buscar algo de su chaqueta- Amy, te amo demasiado y quiero pasar el resto de mi vida junto a ti.
- Yo... -Ni un solo músculo de mi rostro se movió- No sé.
- Ok -El chico agachó la cabeza y volvió a acostarse junto a mí.

- ¿Entonces es un adiós?
- Sí... -Ambos estábamos cabizbajos.
- Te extrañaré.
- No hagas esto más doloroso por favor.
- Te amo -Hunter se estaba aguantando las lágrimas, lo sabía. Tomó su maleta y se marchó sin mirar atrás.

- ¡Buenos días! ¿Desayuno?
- ¿Ah? -Mi chico estaba de pie frente a la cama con una bandeja- ¡¿Cómo te atreves a despertarme?!
- Loca -Nos reímos.

Comimos juntos y luego me fui a bañar. Hoy sería el día de la sepultura, sería un adiós definitivo al cuerpo de mi madre pero ella jamás moriría para mí, siempre estará viva en mi memoria.

- ¿Preparada?
- Sí -Pasé adelante para dar el discurso de despedida a mi madre en su funeral. Todos me veías- Buenos días. Primero deseo agradecerles por estar acá. Yo sé que muchos me conocen pero no puedo decir lo mismo -Me aclaré la garganta y entré de lleno a lo que sería mi discurso - Helena era alguien singular. Ustedes la conocieron como vecina, amiga, conocida, esposa, tía, prima, hermana, etc. Para mí siempre fue mi madre, claro, no es novedad. Cuando niña nunca sentí que fuera mi ejemplo a seguir porque lo único bueno que logró y nos enorgulleció fue algo que es muy difícil de seguir. Cambiar. No todos somos capaces de salir de nuestros moldes y de nuestras raíces familiares, pero ella lo logró y por eso siempre será para mí una heroína. Yo sé que para ella fue difícil y por lograr lo imposible no estuvo conmigo cuando era pequeña pero sí lo estuvo cuando más la necesité. No creo que en este caso sea bueno que siga hablando sobre su vida ya que cada uno tiene una visión distinta de su vida. Sólo les diré que ella no muere aquí, muere cuando uno la olvida. No permitamos que muera... No aún...

Mucha gente se emocionó después de mi discurso, yo sólo volví a mi asiento y Hunter me abrazó fuertemente.

- Muy lindas palabras las de hoy.
- Gracias, se las merecía.
- No lo dudo. Sea donde sea que esté tu madre, debe de estar muy orgullosa de ti.
- Siempre estuvo orgullosa de mí. Fui su única hija y nunca fui mala chica.
- Tienes razón. Yo también estoy orgulloso de ti.
- Lo mismo.
- ¿Qué será de mí ahora? -Exclamó mi padre en un suspiro.
- Tranquilo, todo estará bien.
- Y ni siquiera te tengo a ti.
- ¿Ah?
- No tendré a nadie a mi lado, estaré solo.
- Podríamos juntar dinero y comprar una casita para ti.
- No lo sé... He vivido aquí desde que tú tenías 3 años.
- Pero te vas a quedar solo.
- No lo sé... Tendré que pensarlo.
- Ok.
- ¿Se van mañana?
- En la mañana.
- Entiendo, tienen trabajo.
- Ósea... Quien tiene un trabajo normal soy yo.
- Cierto.
- Que duermas bien.
- Tú también.

Estaba a punto de quedarme dormida. Ya no habrá más pasado, sólo presente. Hunter llegó a acostarse junto a mí cuando ya recién dormía y eso me despertó.

- Lo siento linda.
- No te preocupes ¿Por qué te vienes a acostar a está hora?
- No es muy tarde.
- ¿Qué hora es?
- Las 11.
- ¿Y qué tanto hacías?
- Pensaba.
- ¿Se puede saber en qué?
- Sí... Me pregunto qué fue lo que pasó. Las cosas ya no son como antes... ¿Has ido a ver a Mary?
- Sí.
- Entonces tú ya eras conciente de que las cosas eran distintas.
- Cuando dices eso es como si también fuera tu culpa.
- No creo justo atribuirte todo el mérito.
- Te prometo que las cosas serán como antes.
- ¿Segura?
- Segura.
- ¿Te casaras conmigo?
- Yo creo que sí.
- ¡¿En serio?! -Pareciera que mi novio estallaría en felicidad... Ya me lo imaginaba bailando el baile de la victoria. La sola idea me hizo sonreír.
- Sí.
- Ok, ahora a dormir. Mañana podremos planear nuestro futuro.

Yo obedecí pero sabía que Hunter no dormiría en toda la noche.

domingo, 8 de enero de 2012

Capítulo 2


Estábamos cantando a todo pulmón unos karaokes de Britney Spears cuando mi teléfono sonó.

- ¿Aló?
- Amy, ocurrió algo terrible.
- ¿Qué pasó papá?
- Tu madre... -Enmudeció y supe de inmediato que ocurría.
- ¿Murió? Dímelo ¿Murió? -Mi única respuesta fue el llanto de mi padre- Ok, voy la más pronto posible... -Colgué.
- ¿Quién murió? -La cara de mi novio era de confusión.
- Mi madre...
- Lo... Lo siento -Me abrazó y yo lloré en su hombro.

Cuando ya estaba un poco mejor, llamé al trabajo y les dije que debía ausentarme por unos días. Luego hicimos las maletas y nos fuimos a Kansas.

- Ya no va a tener más preocupaciones -Íbamos ya en la carretera- Ahora está descansando.
- No estaba con ella...

Durante todo el trayecto me fui mirando por la ventanilla. Sabía que Hunter estaba preocupado por mí, pero la muerte de alguien no es fácil... Nunca lo ha sido y nunca lo será.

- ... No es para tanto. Te aseguro que volverán.
- Pero es que... -Yo lloraba desconsoladamente- Ellos...
- Volverán, te lo aseguro. Son de ese tipo de bandas que lo único que les interesa es el dinero.
- Pero...
- Sí sé que el único que no tiene proyectos musicales es ese Pete, pero ya verás. Cuando les esté yendo mal volverán, se harán de una nueva fortuna y se volverán a separar.
- ¡Imbécil! ¡Vete! -Se suponía que era mi compañero, mi amado, mi media naranja ¡Debería comprender mi dolor!- ¡Vete y no vuelvas!
- Ven, no tienes por qué reaccionar así -El chico se acercó a mí para abrazarme pero yo lo empujé y corrí a encerrarme al baño.

Claro que me afectaba en ese entonces, lo asimilaba lo más cercano una muerte y eso era lo doloso. Desde el exterior se veía como algo ridículo pero hay que vivirlo para saber.

- Aún no entiendo por qué preferiste viajar en auto y no en avión.
- Sólo conduce.
- Ok, no te enojes. De todas formas queda poco.
- Gracias.

Seguimos viajando en silencio.

- ¿Ya estás mejor?
- Sí -Aún caían lágrimas pero ya era el tiempo de superarlo.
- Te hace mal sufrir sola. Ven tonta, deja darte un abrazo.

Como siempre, él me levantaba de todas mis caídas y, claro, esta ocasión no era la excepción.

- ¿Amy? -Levanté mi mirada y me apresuré en salir del auto.
- ¡Papá! -Nos abrazamos y lloramos juntos.

Entramos a la casa, donde estaban velando a mi madre. Había mucha gente y la mayoría lloraba.

- ¿Quieren algo para comer? ¿O para beber? El viaje debe haber sido muy largo.
- Por favor. Me tienen arto las ensaladas que venden en la carretera.
- A mí dame un vaso de agua... A Hunter le puedes dar todo el refrigerador si quieres -Mi padre rió y fue a la cocina. Nosotros lo seguimos.
- Me hubiera gustado que Helena hubiera estado en tu boda.
- Pero si ni planes tengo de casarme.
- Chico ¿Y? ¿Cuándo? -Mi novio se rió y miró hacia otro lado.

Yo conocía esa reacción y lo miré con cara de trauma. Yo no me quería casar aún... Y menos con alguien cuyo nombre significara cazador y yo no soy ningún animal para ser cazada...

- ¿Es que acaso a la gente ya no le importa demostrarse amor?
- ¡Ay papá! Si ni tú te querías casar.
- Pero lo hice y no me arrepiento.
- Tú no te querías casar. Siempre alegabas que te sentías preso y eso es algo que heredé de ti.
- Muy mal hecho. Tú deberías seguir los ejemplos de tu madre.
- No fumo. No recurro al trago para olvidar mis problemas. Insisto, en personalidad soy más parecida a ti.
- Pero mi moral es horrible comparada con la de tu madre.
- Tú seguías su moral aunque no la compartieras, ella no.
- Aún así estás aquí.
- La amo ¿Cómo no? Aunque no estuviera en mi niñez, sí lo estuvo en mi adolescencia que fue cuando más la necesite. Además ella me dio un ejemplo de superación increíble.
- De todas formas su salud se deterioró con todo ese pasado...
- Me imagino.
- ¿No la vas a ver?
- Aún no.
- Como quieras. Chico, ayúdame con esto.

Ambos fueron a servir algo de comida a la gente que estaba con mamá.

- Tranquilo, todo estará bien.
- No lo sé... ¿Y si no les caigo bien?
- No seas tonto, si les caes bien será raro -Hunter se puso más nervioso y yo sólo reí.

Nos bajamos del avión y caminamos hasta el encuentro con mis padres. Fue una semana excelente. Cuando ya íbamos de vuelta en el avión, mi novio se reía.

- Y yo que estaba tan preocupado ¡Ya quisiera unos padres así!
- Y te insisto, primera vez que les cae bien uno de mis novios.
- Debe ser una buena señal.