Estábamos cantando a todo pulmón unos karaokes de Britney
Spears cuando mi teléfono sonó.
- ¿Aló?
- Amy, ocurrió algo terrible.
- ¿Qué pasó papá?
- Tu madre... -Enmudeció y supe de inmediato que ocurría.
- ¿Murió? Dímelo ¿Murió? -Mi única respuesta fue el llanto
de mi padre- Ok, voy la más pronto posible... -Colgué.
- ¿Quién murió? -La cara de mi novio era de confusión.
- Mi madre...
- Lo... Lo siento -Me abrazó y yo lloré en su hombro.
Cuando ya estaba un poco mejor, llamé al trabajo y les dije
que debía ausentarme por unos días. Luego hicimos las maletas y nos fuimos a Kansas.
- Ya no va a tener más preocupaciones -Íbamos ya en la
carretera- Ahora está descansando.
- No estaba con ella...
Durante todo el trayecto me fui mirando por la ventanilla.
Sabía que Hunter estaba preocupado por mí, pero la muerte de alguien no es fácil...
Nunca lo ha sido y nunca lo será.
- ... No es para tanto. Te aseguro que volverán.
- Pero es que... -Yo lloraba desconsoladamente- Ellos...
- Volverán, te lo aseguro. Son de ese tipo de bandas que lo
único que les interesa es el dinero.
- Pero...
- Sí sé que el único que no tiene proyectos musicales es ese
Pete, pero ya verás. Cuando les esté yendo mal volverán, se harán de una nueva
fortuna y se volverán a separar.
- ¡Imbécil! ¡Vete! -Se suponía que era mi compañero, mi
amado, mi media naranja ¡Debería comprender mi dolor!- ¡Vete y no vuelvas!
- Ven, no tienes por qué reaccionar así -El chico se acercó
a mí para abrazarme pero yo lo empujé y corrí a encerrarme al baño.
Claro que me afectaba en ese entonces, lo asimilaba lo más
cercano una muerte y eso era lo doloso. Desde el exterior se veía como algo
ridículo pero hay que vivirlo para saber.
- Aún no entiendo por qué preferiste viajar en auto y no en
avión.
- Sólo conduce.
- Ok, no te enojes. De todas formas queda poco.
- Gracias.
Seguimos viajando en silencio.
- ¿Ya estás mejor?
- Sí -Aún caían lágrimas pero ya era el tiempo de superarlo.
- Te hace mal sufrir sola. Ven tonta, deja darte un abrazo.
Como siempre, él me levantaba de todas mis caídas y, claro,
esta ocasión no era la excepción.
- ¿Amy? -Levanté mi mirada y me apresuré en salir del auto.
- ¡Papá! -Nos abrazamos y lloramos juntos.
Entramos a la casa, donde estaban velando a mi madre. Había
mucha gente y la mayoría lloraba.
- ¿Quieren algo para comer? ¿O para beber? El viaje debe haber
sido muy largo.
- Por favor. Me tienen arto las ensaladas que venden en la
carretera.
- A mí dame un vaso de agua... A Hunter le puedes dar todo
el refrigerador si quieres -Mi padre rió y fue a la cocina. Nosotros lo
seguimos.
- Me hubiera gustado que Helena hubiera estado en tu boda.
- Pero si ni planes tengo de casarme.
- Chico ¿Y? ¿Cuándo? -Mi novio se rió y miró hacia otro
lado.
Yo conocía esa reacción y lo miré con cara de trauma. Yo no
me quería casar aún... Y menos con alguien cuyo nombre significara cazador y yo
no soy ningún animal para ser cazada...
- ¿Es que acaso a la gente ya no le importa demostrarse
amor?
- ¡Ay papá! Si ni tú te querías casar.
- Pero lo hice y no me arrepiento.
- Tú no te querías casar. Siempre alegabas que te sentías preso
y eso es algo que heredé de ti.
- Muy mal hecho. Tú deberías seguir los ejemplos de tu
madre.
- No fumo. No recurro al trago para olvidar mis problemas.
Insisto, en personalidad soy más parecida a ti.
- Pero mi moral es horrible comparada con la de tu madre.
- Tú seguías su moral aunque no la compartieras, ella no.
- Aún así estás aquí.
- La amo ¿Cómo no? Aunque no estuviera en mi niñez, sí lo
estuvo en mi adolescencia que fue cuando más la necesite. Además ella me dio un
ejemplo de superación increíble.
- De todas formas su salud se deterioró con todo ese
pasado...
- Me imagino.
- ¿No la vas a ver?
- Aún no.
- Como quieras. Chico, ayúdame con esto.
Ambos fueron a servir algo de comida a la gente que estaba
con mamá.
- Tranquilo, todo estará bien.
- No lo sé... ¿Y si no les caigo bien?
- No seas tonto, si les caes bien será raro -Hunter se puso
más nervioso y yo sólo reí.
Nos bajamos del avión y caminamos hasta el encuentro con mis
padres. Fue una semana excelente. Cuando ya íbamos de vuelta en el avión, mi
novio se reía.
- Y yo que estaba tan preocupado ¡Ya quisiera unos padres
así!
- Y te insisto, primera vez que les cae bien uno de mis
novios.
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